La bella escultura queda oculta por los gruesos vestidos de brocado bordados con hilos de oro y plata y las joyas que sólo permiten ver su rostro moreno y sereno. La Virgen sostiene un cetro en su mano derecha y con la mano izquierda abraza al Niño que alza una mano bendiciendo y en la otra mano muestra un orbe de oro coronado con una cruz. El pedestal a sus pies y la media luna grande de pura plata y las pesadas coronas hechas de oro y piedras preciosas que adornan las cabezas de la Virgen y el Niño, evidencian la generosidad de las personas de Ecuador a quienes gusta ver a su patrona resplandeciente, vestida con las mejores galas. La cara del Niño Jesús tiene rasgos que se parecen a los de los niños mestizos de esas montañas. Moreno también es el color de la madre, la síntesis de las almas incas y españolas. Ella tiene una delicada cara oval con una nariz fina, labios delgados y boca pequeña; los ojos rasgados y su triste mirada con los párpados medio cerrados le dan una apacibilidad única. Por esto Ella es tan popular en Ecuador, especialmente entre los indios que afectuosamente se refieren a su protectora celestial como "La Pequeñita". Hay un número asombroso de canciones en el honor de la Virgen de Quinche, en las lenguas quéchua, jibaro y muchos otros dialectos de la región, así como en español; muchas se han cantado durante 300 o 400 años. La imagen fue coronada en 1943 y su fiesta se celebra cada año el 21 de noviembre. El actual templo se declaró Santuario Nacional en 1985.
lunes, 27 de julio de 2015
El único día en que la virgen deja su altar es el 21 de noviembre, ella sale para recibir a sus peregrinos, quienes desde varios puntos recorren muchos kilómetros a pie a razón de agradecer o pedir un favor especial.
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Muy interesante la información :)
ResponderEliminarmuy buen BLOG hay información muy interesante
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